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Capitulo 2: El diario de la verdad



En una noche cerrada, dominada por las temibles tinieblas y un aire gélido, recorría el cuerpo de un joven aventurero que intentaba poner a salvo su vida de las temibles mandíbulas de los siervos de Demon, reconvertidos en lobos salvajes, y que no dudarían en abalanzarse sobre él para arrebatarle la vida. El joven corría a través del bosque frondoso sin parar y sin mirar atrás hasta que, en una de sus miradas traicioneras, el joven tropieza con la raíz emergente de un árbol y su pierna quedaba bastante dañada que apenas podía continuar la marcha… Los lobos le rodearon babeando por su victoria, cuando apareció la temible Demon en persona.



El joven se asustó muchísimo y Demon asestó al joven con la espada en su corazón y arrebató su alma. Su cadáver fue devorado posteriormente por los siervos de Demon no dejando ni rastro del joven.

A la mañana siguiente, los ciudadanos de la aldea realizaron una batida con perros para localizar al joven pero no hallaron nada más que restos óseos. El joven fue declarado muerto y su familia quedó muy consternada por su terrible muerte. No era la única víctima que Demon se cebaba…

Por otro lado, Angie cumplió los 15 años de edad y se fue por la mañana a trabajar a las cuadras de Frank.

Le encantaba muchísimo los caballos y los cuidaba como si fueran suyos ya que Frank empeoraba su salud diariamente y no podía hacerse cargo más. Por si fuera poco el problema, las medicinas que mantenían a Frank con vida, valían muchísimo… tanto que costaba tener que vender caballos para poder mantener la mansión y todos los empleados.

Un día vino un joven preguntando por trabajo… Ese joven se llama John. Angie escucha la conversación atentamente junto con el encargado

-“Bien John… ¿Qué experiencia tienes en cuidar caballos? Ten en cuenta que estos caballos son de pura raza y especialmente destinados para las carreras”- pregunta el encargado

-“Llevo en esto desde que nací… mi fallecido padre, me enseñó a cuidar los caballos salvajes que teníamos sueltos por la finca”- contesta John

-“Me parece estupendo John y lamento oír lo de tu padre… pero ahora mismo las cosas están empeorando aquí en la Mansión Blossom. Espero encontrarte algún puesto pero va a ser difícil”

-“Que trabaje conmigo señor”-comenta Angie

-“Angie… ¿Qué le podrías ofrecer a él?”- pregunta el encargado

-“Necesito un ayudante que pueda sustituirme mientras estoy en la escuela… Mañana es un día decisivo y no quiero fallar”-contesta Angie

-“Excelente… Así será… Tus honorarios se dan al final de cada jornada de 8 horas con una hora de descanso para almorzar”- comenta el encargado-“¿Qué le parece Sr. John?”

-“Trato hecho señor”-responde John

John es un joven de 14 años, pelo castaño corto, con poca fuerza, tímido, asustadizo y un 1.60 de estatura como Angie pero que posteriormente crecerá hasta al 1.80 de estatura pero seguirá estando delgado.

En Irivia se oyen ecos de que un ladronzuelo llamado Jonnas está sembrando el terror robando las carteras ajenas de los nobles y los guardias están empezando a ponerle cara y a pegar panfletos de búsqueda y captura. Mientras tanto, la mansión sigue estando a salvo, por ahora.

-“¡Ciudadanos de Irivia! ¡Por orden del rey Maurus, tengan cuidado de sus pertenencias y negocios de este joven llamado Jonnas! ¡Tiene 18 años y es un joven fuerte que usa la oscuridad como escudo! ¡Cierren puertas y ventanas! ¡El que lo encuentre vivo o muerto… se le recompensará de por vida!”- grita el alguacil Christopher delante de la multitud... ya tendremos más adelante palabras sobre él.

-“¡¡¡Qué lo cuelguen!!!”-grita la multitud enfurecida

Por si fuera poco los problemas, el alguacil estableció un “impuesto de seguridad” que supuestamente garantizaría la seguridad de los ciudadanos que más bien se podría traducir en llenarse los bolsillos ajenos… una forma oscura de robar penado con la pena de muerte.

Mientras tanto en la cuadra, John le pregunta a Angie mientras cepillaban a una yegua a punto de dar a luz:

-“¿Alguna vez te has montado a caballo?”

-“No… nunca”-contesta Angie-“Miento si te digo que fue cuando el Sr. Blossom me recogió a los cinco años pero no me pareció una buena experiencia… Acabé con el culo molido”

-“A mí me encanta eso de correr hasta el agotamiento por las planicies de Tarim y acabar tirándote desde la cascada y regresar bien empadado a casa”

-“¿Y qué decía tu madre?”- pregunta Angie

-“¿Otra vez? Jajajaja… Un día de estos o no vuelves o cogerás la fiebre… jajaja”- contesta John

-“No suena muy divertida su reacción…”- comenta Angie y le guiña un ojo con una sonrisa.

-“¿En serio no te… atreverías a montar? Puedo enseñarte… Si quieres vamos al pabellón que es más seguro para que no se ponga el caballo nervioso”

-“Estás loco…Solo quieres que me abra la cabeza o me quede paralítica si me caigo”

-“¡¡ Venga!!...”- exclama John y le da un codazo a Angie-“Los accidentes los produce el jinete y no el caballo. Si sabes dominar las riendas, dominarás el caballo e incluso su corazón… Los caballos no aprenden a base de fusta… solo se pondrán más nerviosos y terminarán por hacerte daño… Hay que entenderlos… mirarlos a la cara antes de subir para saber qué es lo que quieren que tú hagas para que ellos te lleven a cualquier parte”

Esa fue la reacción que tuvo Angie cuando encontró a Jacob enmedio del bosque tras caer por una ladera. Jacob se quedó mirándola fijamente cuando Angie abrió los ojos tras recuperar la conciencia… Fue un amor a distancia y un héroe para ella. Angie acarició su rostro suavemente que es lo que hizo que Jacob se tranquilizara tras el intento de ritualizarlo.

-“Esta bien… pero como nos pille el encargado… yo no me hago responsable”- responde Angie a John

Angie y John quedaron en la hora libre para enseñarla a montar a caballo. Escogieron a Daniela porque era una yegua muy tranquila. John la preparó para que estuviera lista en el pabellón cerrado. Angie alucinó con la belleza de Daniela mientras entraba por la gran puerta que separaba las cuadras del pabellón.

-“¿Ves? Esa es la cara que tienes que mostrarle a un caballo… En este caso a una yegua blanca y bonita como tu Angie”- comenta John intentando seducir a Angie con las palabras.

-“Gracias John”- se sonroja Angie

-“Ven… acércate sin miedo… acaricia su rostro tal que así… Venga pruébalo, no seas tímida…No muerde como un perro”

Angie se acercó y empezó a acariciar el rostro de Daniela pero ella parecía más preocupada por caerse de la yegua que disfrutar del bello momento.

-“¿Preparada? Sujeta las riendas para que te enseñe cómo subir a un caballo…”- comenta John y le acerca las riendas para que las agarre. Angie las agarra con miedo.

-“Te subes por la derecha para que te vea el caballo… Pones el pie derecho en el estribo… y… ¡aúpa!... ¿Ves? No es tan complicado”

-“Jajaja… te has sentado al revés… jajaja”

-“No pasa nada estaba bromeando… ¡Alehop! Ya está… Tírame las riendas”- se da John la vuelta desde la montura-“¡Mira Angie! Arrr”

Daniela comienza a trotar alrededor del pabellón mientras Angie se quedó de piedra en medio del pabellón

-“¡Ten cuidado!”

-“No pasa nada Angie… mira… arr”

Daniela comienza a galopar y a realizar “ochos” en el pabellón y Angie se ríe pero más bien de miedo cuando ella tenga que hacer lo mismo que John.

John para a Daniela delante de Angie y se baja.

-“Soooo… Buena chica…Ahora te toca a ti Angie…”

John ayuda a Angie a subirse a la yegua.

-“Solo tienes que decir un arr, dejar suelta las riendas y darle con los estribos suavemente, sin hacerle daño, para que trote. Con las riendas marcas a donde quieres que Daniela vaya y si tiras de ella, la frenas. ¿Entendido?... Solo quiero que des una vuelta alrededor del pabellón… Estaré a tu lado hasta que lo hagas sola”

-“Vale”- contesta Angie con voz temblorosa

-“Coge las riendas tal que así…”- le muestra John a Angie la manera de sujetar las riendas.

Angie dice la palabra mágica a Daniela pero sin resultado…

-“¡Grita más fuerte!”

Angie lo intenta otra vez pero en vez de trotar, Daniela se asustó y se puso a galopar como una loca. Angie estaba verdaderamente en apuros y John corría detrás de Daniela para pararla.

-“¡Tira hacia atrás las riendas Angie!” – grita John

Angie pegó un tirón tan fuerte que Daniela se levantó de sus patas delanteras y tiró al suelo a Angie con la mala fortuna de golpearse en la cabeza. Angie se quedó inconsciente, inconsciente al tomar la desafortunada locura de intentar montar a caballo.

-“¡¡Angie!!...¡¡Angie!!...¡¿Estás bien?!... ¡¡Responde por favor!!”- grita John desesperado mientras le da palmadas en la cara de Angie.

En ese justo momento, entraba el encargado y Susan que viendo el panorama montó en cólera.
John no tenía palabras para explicar lo sucedido y el encargado respondió furioso:

-“Sr. John… Esto es lo peor que le podría pasar a Angie… ¡¿Quién fue idea?! Nos veremos las caras en el despacho… Ahora…¡¡Lárgate de mi vista inútil!!...”

John salió del pabellón corriendo con miedo y con lastima al no saber si Angie volvería o no a ser la misma que antes de subir al caballo. Cometió un gran error persuadiéndola. Susan, le miró con malos ojos

-“Este muchacho le traerá más de un peligro a todos… pero sobretodo a Angie”- comenta Susan-“Debería de estudiar su despido tras este accidente… Si es que sobrevive”

Los empleados de la mansión recogieron a Angie y la subieron a la habitación. El médico que atendía a Frank, atendió a Angie. Poco después de las 8 de la tarde, Angie empezó a abrir los ojos… Aún veía borroso mientras que el médico le iluminaba los ojos para ver el estado en el que se encontraba.

-“Angie… ¿Se encuentra mejor? ¿Me reconoce?”- pregunta el médico sin aún obtener respuesta de Angie debida a la medicación contra el dolor-“Enfermera, tráigame un paño húmedo para la cabeza… Creo que tiene un poco de fiebre”

-“Si doctor”

La enfermera acerca el paño húmedo al médico, el cual se lo pone encima de la frente de Angie.

-“Angie… Has tenido mucha suerte que hayas caído de cabeza ya que te salvó el casco que tienes por cabeza... Si no, te hubieras quedado de por vida en una silla de ruedas. Le pediré a la Sra. Susan que prepare un caldo caliente… eso te recuperará… mientras tanto, te recomiendo que guardes reposo durante varios días. Como bien sabes, también atiendo a Frank… Esas serán mis reglas si las cumples a rajatabla”- comenta el médico.

Mientras en la oficina del encargado de las cuadras, John aguardaba nervioso su sentencia por parte del encargado… No iba a ser tan benévolo…

-“Sr. John… Tras el accidente de esta tarde que casi le cuesta la vida a Angie, estoy reconsiderando que siga usted trabajando con nosotros”

-“Señor… le pido disculpas, no fue mi intención de…”- responde John muy triste

-“¡Ah! ¡¿No?! ¿Y cómo respondes el por qué Angie se montó a caballo sin supervisión ni sujeción de seguridad? ¡Hay que estar loco! ¡Ni mis jinetes más experimentados se montan solos!”- grita el encargado dando un golpe en la mesa y a continuación señala a John-“¡Sr. John!¡Esta noche preparará los cinco para mañana para la carrera y si vuelvo a ver un incidente por su parte, estará fuera en la calle pidiendo limosna…¿Queda claro?”

Le mira el encargado furioso a la cara de John.

-“Si señor… Ahora mismo señor…”

-“¡Lárgate de una vez…!”- le replica furioso y se da media vuelta.

John se fue a preparar a los cinco caballos que irán a la carrera anual convocado por el rey Maurus para que la nobleza apostara por el mejor caballo.

Mientras tanto, Angie seguía en la cama con un tremendo dolor de cabeza por el golpe. Una de las sirvientas, Moly, se acerca a la cama de Angie con un caldo caliente.

-“Srta. Angie… Cuanto siento oír que se cayó de Daniela… espero que se encuentre mejor. Le traigo un caldo caliente que le recomendó el doctor”

-“Por los Dioses… ¡Qué dolor tengo!”- contesta Angie- “Gracias Srta. Moly… Ayúdame a ponerme sentada en la cama”

-“Si Srta. Angie…”

Moly ayuda a Angie a sentarse en la cama y le pone detrás la almohada para que su espalda no repose sobre el cabecero.

Moly es de raza africana y llegó a Irivia junto con sus padres hace 30 años. Es muy buena persona pero ella practicaba rituales paganos en secreto ya que ella no practicaba la religión vigente y si, la descubren, podrían echarla de por vida de Irivia o ser quemada viva en la hoguera.

-“Srta. Angie, tengo un regalo para usted… Es un medallón que era de su madre… Me dijo que se lo guardase hasta que usted viniera a la mansión del Sr. Blossom”- comenta Moly

-“¿¿Qué??”- responde Angie con cara de asombro mientras tomaba el caldo y Moly le da el medallón en la mano

-“Este medallón Srta. Angie, le protegerá de los malos espíritus… Así quiso su madre que sea”

Angie estuvo mirando detenidamente el medallón y se lo puso en el cuello.

-“Gracias Srta. Moly”

-“De nada Srta. Angie… que descanse muy bien. Mañana es la carrera anual de Irivia y tanto el Sr. Blossom como la Sra. Susan les encantarían que mañana se arreglara temprano para estar los primeros. Buenas noches Srta. Angie”

-“Buenas noches Srta. Moly”

Moly se va con el recipiente del caldo vacío a la cocina.

A la mañana siguiente, miles de personas acudían como cada año al Festival de Irivia en el que se incluían las carreras de caballos de las diferentes familias nobles. Los niños tenían su zona de ocio mientras que los mayores se dedicaban a apostar por los caballos.

-“¡Señores y señoras! ¡Hagan sus apuestas!”-gritaba el comercial.

Frank aportó a la carrera los cinco mejores caballos de su cuadra pero no era el único, cinco casas más competirían por el premio en metálico del rey Maurus entre ellas la del general John.

Efectivamente las gemelas no se iban a perder la ocasión de ronronear como gatas en celo a los pretendientes solteros para llevárselos a escondidas de los ojos del resto de los presentes.

Angie tenía un tipo espectacular y se sentó muy cerca de la reina Audele que vio en ella una gran belleza y una oportunidad para enseñarle más cosas a Angie más allá de lo que le enseñaron en la escuela.

-“Majestad”- Saluda Angie a Audele y ella le responde con una sonrisa.

Susan por su parte, odiaba las carreras y siempre estaba mirando al suelo por tal de no llevarse un bonito recuerdo en sus zapatos.

John solo podía ver a Angie desde lejos hasta que el encargado de la cuadra le asestó una colleja en la cabeza:

-“¡Espabila muchacho! Este caballo tiene que estar ya listo para la parrilla de salida. Deja de mirar embobado a la Srta. Angie… Solo con tu mirada, ya la estas mandando a la tumba”

-“Si señor… ¡ays!”

El jinete se llevó el caballo que preparó John a la parrilla de salida.

Suena la trompeta y se abren los boxes de la parrilla de salida y comienza la carrera. El caballo de Frank era el que más corría y John no paraba de vitorear al caballo para que ganara la carrera pero de repente alguien del público le tiró una piedra a la cabeza del caballo y tanto el caballo como el jinete cayeron accidentalmente provocando la muerte instantea del caballo y el jinete con la cabeza abierta, costillas rotas y la pierna fracturada por varios sitios en un tremendo dolor. El público gritó, los reyes se levantaron y los guardias fueron tras el espectador que fue detenido… Aunque ganara el caballo del general John, el rey se fue directamente a las cuadras asignadas para Frank, Angie, Susan y Audele se quedaron fríamente muertas y Angie empezó a preocuparse.

John se desmayó cuando el espectador le tiró la piedra y el encargado le tiró un cubo de agua fría para despertarlo.

-“¡Muchacho! ¡Levanta y ayuda a los operarios a rescatar al jinete! ¡Vamos!”

-“¡Si señor!”- responde John que sale apresurado a rescatar al jinete.

Frank se enfureció tanto que su salud empeoró y no tuvieron mas remedio que suspender por su parte la participación en la carrera. El rey intentó convencer al encargado de que continuasen en la carrera pero no terminó de convencerlo.

-“¿A dónde creéis que vais? ¡Sin la casa Blossom la fiesta no es lo mismo señor!” –comenta indignado el rey Maurus

-“Majestad… la decisión está clara, no quiero arriesgar que otros de los caballos del Sr. Blossom sufra el mismo destino que este y más cuando las cosas en la mansión no van tan bien como usted majestad conoce. El Sr. Blossom lo ha querido así… lo lamentamos muchísimo majestad que tengamos que suspender nuestra participación. Si nos disculpa… tenemos que recoger a nuestros caballos y a los jinetes”

-“Arf”- suspira el rey Maurus que se marcha junto a su sequito de seguridad.

Tanto el encargado como John y los empleados, lo recogieron todo. Angie se quedó muy entristecida por lo sucedido aunque a Susan le daba poca importancia porque ella pensaba que se había librado de estar todo el día en el Festival.

La fiesta continuó pero ya no era lo mismo sin los caballos de Frank que eran los mejores de todo Irivia.

Ya en la mansión, Angie ayudaba al doctor a recuperar al jinete que estaba con un tremendo dolor.

-“Angie, gracias por ayudarme… puedes marcharte. El jinete necesita recuperarse”- comenta el doctor

-“De nada Doctor”

Angie salió al jardín ya de noche y se fue a donde habitualmente la fallecida esposa de Frank solía escribir en el diario o a leer libros.

De repente, su medallón se iluminó y apareció el fantasma de la esposa de Frank. Angie se asustó muchísimo…

-“Angie… no tengas miedo”- comenta el fantasma

-“¡¡Quién eres!!¡¡Qué es lo que quieres de mí!!”- replica asustada Angie

-“Angie… quiero que conozcas la verdad sobre la familia Blossom… En la biblioteca de la mansión, encontrarás mi diario. Frank lo guardó bajo llave tras mi muerte. La llave la encontrarás en el despacho en uno de los cajones de la mesa. Quiero que lo recuperes y lo leas aquí para que mi alma pueda realmente descansar en paz”- habla el fantasma

-“¿Y cómo lo voy a recuperar?¿Y si me pilla Susan fisgoneando en el despacho?”- pregunta Angie

El fantasma se fue por donde vino, ya que vio desde lejos a John escondido tras unos matorrales, dejando a Angie con un montón de preguntas sin responder. De repente apareció John que se quedó alucinando porque vio a Angie hablando a solas…

-“Angie… ¿estás bien? ¿Qué haces aquí con el aire tan gélido?”

-“John… ¿tú crees en los fantasmas?”

-“Jajajaja… ¿cómo?... ¿estás loca? ¡No!”

-“Me creas o no, he hablado con la fallecida esposa de Frank. Dice que quiere que lea el diario que Frank guardó en la hornacina bajo llave en la biblioteca pero la llave está en el despacho de Frank y si me pilla Susan, me caerá una buena. ¡Necesito tu ayuda!” – Comenta Angie cogiendo las manos a John para suplicarle su ayuda- “¡Por favor!”

-“Entre tu caída, el accidente en la carrera… y ahora quieres que vaya a robar una llave para conseguir el diario… creo que lo único que conseguirás que me echen de la mansión y me tenga que ir a mendigar por las calles… Lo siento Angie… pero creo que eso es asunto tuyo”

John le da un abrazo y se da media vuelta como los cobardes dejando a Angie tirada pero...

-“Esta bien…”- suspira John-“Pero si me pillan, te echaré la culpa… ¿Queda claro?”

-“¡Gracias John!”- responde Angie con una sonrisa.

Por la mañana temprano, Susan se llevó a Frank a dar un paseo por el jardín, tras el accidente de la carrera para relajarse y plantearle a Frank sus malvados planes para el futuro, para que no perdiera el hábito de caminar por si solo ya que sus piernas empezaban a flaquear por la demencia que padecía. Se ayudaba de un bastón.

-“Sra. Susan… ya me va quedando menos para irme de verdad y descansar junto a mi bella esposa Margaret la cual cada día que pasa, la echo tanto de menos”

-“Sr. Blossom… Le muestro mis más profundos respetos a su queridísima esposa. Sé que ella estará con los Dioses protegiendole y quería plantearle que, dada la mala situación económica que está padeciendo la casa Blossom, creo que deberíamos de vender todos los caballos y despedir al personal. Usted mas que nada, necesita ese dinero para mantenerse usted y Angie. También estaba planteando mandar a Angie a trabajar con la reina Audele para que se convierta en una bella doncella y casarla con un buen noble que la pueda mantener que ya va siendo hora”

-“Sra. Susan… agradezco su opinión pero mis caballos y Angie, son lo único que me queda en esta vida y no pienso mandar a Angie a trabajar con la reina Audele por mucho que quiera usted y menos tomar la ingrata decisión de casarla con un noble aristocrático que lo único que le hará será criar hijos y aburrirla mientras él esté discutiendo en un consejo o peor aún, que se vaya con señoritas de compañía… De eso nada… Bórrese esa idea de la cabeza. Aun no la he perdido”

-“Como usted deseé Sr. Blossom… No le volveré a hablar de este asunto”

Continuaron con el paseo y Susan se indigno pero no tardaría mucho en ejecutar su plan maléfico en cuanto Frank ya no pueda responder por sí solo.

Angie escuchó toda la conversación desde la terraza mientras desayunaba y le entró el pánico por lo que dijo. De repente…

-“¡¡Schisst!!”- llama John a Angie desde la puerta para evitar que Susan lo viera-“¡Vamos!”

-“Srta. Angie… aún no se acabó el desayuno…”- comenta Moly

-“Srta. Moly… no tengo más ganas… pero tampoco diga nada”- contesta Angie levantandose apresuradamente de la mesa-“¿Tengo su palabra?”

-“Claro Srta. Angie… como quiera… pero tenga cuidado…”

-“¡Gracias!”- contesta Angie y le da un beso en la mejilla a Moly.

-“¡¡Ays estos jovenzuelos!!”- dice Moly

Angie se va a lo que le pidió el fantasma. Subieron rápidamente las escaleras hacia el despacho de Frank. Fueron a la mesa del despacho y empezaron a buscar la famosa llave pero de repente, Frank entra por la puerta y los descubren a los dos rebuscando entre los cajones.

Frank se quedó mudo y John salió por la puerta corriendo antes de que Susan le pillara y pudiera provocarle un gran problema. Frank hizo la vista gorda con John.

-“Angie… ¿Qué haces aquí en mi despacho?”- pregunta Frank

De repente un profundo silencio se hizo en la boca de Angie en la que tuvo tiempo de esconder la llave entre sus manos.

-“Nada Frank”- contesta con miedo

-“Angie… no me mientas… no soy como Susan… Dime qué es lo que buscas”- pone sus manos sobre los hombros de Angie.

Otro profundo silencio.

-“Frank… anoche pude hablar con Margaret en el jardín… me pidió que le diera su diario… quiere contarme algo”

Al principio Frank no se creía sus palabras…

-“Angie… no escondas tus manos… sé que tienes la llave… No es necesario que hubieras entrado por la fuerza para cogerlo. Solo tenías que habérmelo pedido”

-“Lo siento Frank…”

-“No tienes por qué disculparte…”- le da un abrazo a Angie

Angie le mostró la llave y llevó a Angie a la biblioteca.

-“Creo conveniente que ya va siendo hora de que conozcas la verdad de la casa Blossom y por qué te recogí de la pensión”- comenta Frank mientras abría la hornacina-“Ten… quédatelo. Yo no lo necesito nunca mas.”

Angie cogió el diario con una cara enorme de felicidad y se fue dándole un beso en la anciana mejilla de Frank.


FIN DEL SEGUNDO CAPITULO

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